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Para: Intendenta de Montevideo (Uruguay), Carolina Cosse
Abolir las jineteadas - Uruguay
Este es un país de tradiciones prestadas. Nuestra tierra originalmente solo tenía indígenas que fueron exterminados por personajes importantes de la historia que aún se irguen en estatuas. Los colonizadores llamaron gauchos a los vagabundos. Reformaron el término del quechua «Huachu». Más adelante, y por leyendas que solo cuentan los libros se asoció al gaucho con un ser valiente y noble. A diferencia del Candombe, que también es cultura adquirida como los anglicismos en la lengua, este es disfrutable, no daña a nadie.
Las jineteadas surgieron del tiempo libre en la campaña y el aburrimiento. Pero, ¿desde cuándo dañar a un animal y poner en riesgo la propia vida humana es diversión? El animal no tiene poder de decisión, solo vive el miedo y agotamiento, el dolor al que es sometido. Y también todos sabemos que un caballo quebrado es sacrificado. Por encima de todas estas cosas, ningún tipo de sometimiento, tortura, agresividad puede ser considerado cultura.
¿Qué clase de mensaje estamos dando cómo sociedad?
Estamos avalando el mal como diversión. Es un acto perverso. Y lo más preocupante es que sea visto por tantas personas como algo que nos representa.
Pedimos la erradicación total de las jineteadas en la Rural del Prado. Ni lucrar con la crueldad ni divertirse con perversión. Creemos un futuro digno y una idiosincrasia sana. Repudiamos esta actividad, aquí en Montevideo y en todo el Uruguay. Hoy nos dirigimos a la capital, pero seguiremos, día a día, cada vez más, hasta que por fin se comprenda que los animales no se hicieron para ser bufones.
Las jineteadas surgieron del tiempo libre en la campaña y el aburrimiento. Pero, ¿desde cuándo dañar a un animal y poner en riesgo la propia vida humana es diversión? El animal no tiene poder de decisión, solo vive el miedo y agotamiento, el dolor al que es sometido. Y también todos sabemos que un caballo quebrado es sacrificado. Por encima de todas estas cosas, ningún tipo de sometimiento, tortura, agresividad puede ser considerado cultura.
¿Qué clase de mensaje estamos dando cómo sociedad?
Estamos avalando el mal como diversión. Es un acto perverso. Y lo más preocupante es que sea visto por tantas personas como algo que nos representa.
Pedimos la erradicación total de las jineteadas en la Rural del Prado. Ni lucrar con la crueldad ni divertirse con perversión. Creemos un futuro digno y una idiosincrasia sana. Repudiamos esta actividad, aquí en Montevideo y en todo el Uruguay. Hoy nos dirigimos a la capital, pero seguiremos, día a día, cada vez más, hasta que por fin se comprenda que los animales no se hicieron para ser bufones.
¿Por qué es importante?
Tortura como cultura. Ya estamos lo suficientemente avanzados como para ver con claridad que no se puede divertir a las masas a costillas del maltrato de ningún ser vivo.
No más jineteadas.
No más tradición y cultura perversa.
No más jineteadas.
No más tradición y cultura perversa.