Clausura inmediata de Curtiembre Grintek Ltda.

Estimados: vivimos en Valentín Alsina, Bs.As., el antro geográfico de la corruptela y la contaminación, donde tenemos la desgracia de tener como vecinos linderos a la curtiembre Grintek S.A. (ex Comet S.A.), fabricantes de mordillos de cuero para perros, quienes nos someten a todo tipo de molestias desde hace ya 18 largos años.

Observando en Internet, veo que varias de las formas de contaminación, son moneda corriente en esta empresa y somos, sin duda, los más perjudicados en la cuadra, ya que todos los ambientes de nuestra casa están pared de por medio a la fábrica, de manera que todos los movimientos que allí se efectúan se transmiten a nuestra casa de manera sorprendente.

A partir de las 6am tenemos muchas personas al otro lado de la pared realizando todo tipo de tareas ruidosas, desde manipulación de pesados elementos y herramientas, golpes, rodamientos de carros o zorras con ruedas rígidas, encendido de diversas máquinas, hasta los gritos de los obreros y la música de radio que estos escuchan.
Además de camiones de doble acoplado en nuestra puerta, con su olorosa carga, maniobras de descarga con autoelevadores maniobrando sobre la vereda con toda impunidad en una cuadra donde todas las demás propiedades son casas de familia.
Efluentes líquidos químicos corren por la vereda hacia la zanja desde el interior del establecimiento y por debajo de los portones por las noches. Como así también, sufrimos el devalúo constante de nuestra propiedad, además del visible deterioro de paredes, rajaduras estructurales y traspaso de humedad a través de las mismas.

Pero todos estos problemas no son suficientes para la Municipalidad de Lanús (donde ustedes sabrán que por unos $ se consigue el registro de conducir sin prueba alguna), para tomar cartas en el asunto a nuestro favor.
He hecho decenas de denuncias allí y en otras dependencias (Consejo Deliberante, Policía Ecológica, Juzgados, Secretaría de Política Ambiental de LaPlata, Ombudsman, etc. y he tocado cuanta puerta tuve a mano y a contrapelo de mis propias responsabilidades laborales, enfermo de impotencia, sin el menor resultado.

Los abogados consultados no aceptan los casos, concientes del arreglo municipal con las empresas y la permisividad de las leyes, adecuadas a las pretensiones y necesidades de los industriales, sin medir el daño que pueden ocasionar a la gente común.
He visitado a varios profesionales procurando los servicios legales para hacer un reclamo judicial, lo que sería más que justo, pero me ha sido imposible conseguirlo, ya que casos como el mío son considerados técnicamente perdidos o de arduo trabajo y largos plazos, a lo que me resisto implacablemente, ya que es imposible no salirse de quicio en algún momento o pensar en darse por vencido, mientras uno ve a sus hijos durmiendo entre sonidos molestos ajenos o jugando en la vereda de enfrente por que la nuestra esta ocupada y sucia.

Les hemos ofrecido la casa en venta, a pesar de no querer abandonar el lugar que ocupa mi familia desde hace cien años, a lo que se nos respondió no estar en condiciones de invertir, ni interesados, razón lógica, ya que el municipio los autoriza a construir hacia arriba, y aunque esta empresa construyó sin permiso municipal (denunciado esto por mí y sancionado), se les aplica una multa irrisoria, y la construcción queda legalizada, aunque mi casa haya quedado como en el fondo de una pileta, superada en todo un lado y por el fondo, más del doble en altura, aún siendo nuestra propiedad de dos plantas.

Los inspectores no existen, tampoco los controles sanitarios de ningún tipo. Hace poco tiempo, se les inició una causa judicial penal, por conexión clandestina a la red de gas natural, donde se investiga un homicidio, entre las empresas involucradas. Las pericias decibelimétricas son una verdadera farsa; nunca dan positivas; por más que alguien esté golpeando con una maza contra la pared, tal como me sucedió a mi. Hacen, luego de la pericia, una extraña ecuación que nunca resulta a nuestro favor.
Así que, desde entonces, sometidos a los horarios y actividades de esta gente, dejamos de ser dueños de poder dormir una siesta en silencio, o de reponernos de alguna enfermedad o dolencia en paz y tranquilidad, en lo que debería ser el santuario más privado y elemental: NUESTRA CASA, último y único refugio final en nuestra vida, que de hecho es también única, ¿verdad?

Y es por ésto que escribo esta petición.
Quizás tu firma pueda ayudarme a poner luz a ese camino que no encuentro y me facilite de alguna forma seguir esta lucha por los derechos y la salud de mis hijos y mi casa, los míos propios y los de mis vecinos, para terminar de una buena vez con el atropello y el sometimiento de estos inescrupulosos contaminadores.

Gracias por tu sensibilidad y solidaridad al firmar.