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Para: Gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck e Intendente de Viedma, José Luis Foulkes
El Río Negro se muere
Estimados Gobernador e Intendente: solicitamos a quienes corresponde que gestionen, proyecten y aprueben con carácter de URGENTE la inversión que sea necesaria en el término del presente año para que en toda la costa del Río Negro se CONSTRUYAN PLANTAS DE TRATAMIENTO DE LÍQUIDOS CLOACALES ACORDES A LA POBLACIÓN DE CADA LOCALIDAD, obras necesarias para suprimir la contaminación bacteriológica y se prohíba y controle fehacientemente el vertido de productos hidrocarburíferos y/o residuos líquidos de químicos.
¿Por qué es importante?
El río Negro es el curso de agua más importante de la provincia argentina de Río Negro y también de la Patagonia, en cuanto a su caudal.
Tiene una longitud de 635 km, aunque con una de sus cabeceras, el río Limay, la longitud total del sistema fluvial Negro-Limay llega hasta los 1.252 km.
Sus aguas se utilizan para el riego, generando uno de los mayores oasis de regadío del país, en el cual se cultivan mayoritariamente manzanas, peras, duraznos, tomates, entre otras frutas y hortalizas.
El valle constituye el área más densamente poblada de toda la Patagonia.
En casi todas las localidades erigidas en sus costas existen balnearios concurridos por gran parte de la población y turistas, practicándose deportes acuáticos que convocan a participantes nacionales e internacionales.
Hoy, quienes disfrutamos de sus costas o utilizamos sus aguas, podemos advertir la contaminación creciente, la falta de caudales y la irreversible actitud de abandono o ignorancia que nos lleva a pensar en su muerte como río.
Diversos medios han publicado informes sobre la contaminación de nuestro río. Pocos son los emitidos por organismos oficiales, menos son las obras de remediación y más escasas las de ampliación de plantas de tratamientos de afluentes cloacales.
Porque queremos nuestro río limpio y sin contaminación alguna, todos, los deportistas, los que usamos sus aguas para riego, los que disfrutamos las playas en sus costas, los que amamos nuestro río, nuestra naturaleza, este medio ambiente que queremos dejarle en condiciones a nuestros descendientes.
Tiene una longitud de 635 km, aunque con una de sus cabeceras, el río Limay, la longitud total del sistema fluvial Negro-Limay llega hasta los 1.252 km.
Sus aguas se utilizan para el riego, generando uno de los mayores oasis de regadío del país, en el cual se cultivan mayoritariamente manzanas, peras, duraznos, tomates, entre otras frutas y hortalizas.
El valle constituye el área más densamente poblada de toda la Patagonia.
En casi todas las localidades erigidas en sus costas existen balnearios concurridos por gran parte de la población y turistas, practicándose deportes acuáticos que convocan a participantes nacionales e internacionales.
Hoy, quienes disfrutamos de sus costas o utilizamos sus aguas, podemos advertir la contaminación creciente, la falta de caudales y la irreversible actitud de abandono o ignorancia que nos lleva a pensar en su muerte como río.
Diversos medios han publicado informes sobre la contaminación de nuestro río. Pocos son los emitidos por organismos oficiales, menos son las obras de remediación y más escasas las de ampliación de plantas de tratamientos de afluentes cloacales.
Porque queremos nuestro río limpio y sin contaminación alguna, todos, los deportistas, los que usamos sus aguas para riego, los que disfrutamos las playas en sus costas, los que amamos nuestro río, nuestra naturaleza, este medio ambiente que queremos dejarle en condiciones a nuestros descendientes.