10,000 firmas alcanzadas
Para: Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ricardo J. Lozano Picón y Ministra de Minas y Energía, M. Fernanda Suárez Londoño, Directora de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, Claudia V. González Hernández
Salvar el último río libre y limpio de Antioquia - Colombia
Estimados Ministros: por favor, solicito cancelar la licencia ambiental para el aprovechamiento de las aguas del Río Samaná Norte, con el proyecto hidroeléctrico Porvenir 2, adelantado por la empresa Celsia, cuyo accionista mayoritario es el grupo Argos S.A, y que fue aprobada de forma irregular por los siguientes argumentos:
1- El proyecto vulnera la Ley 1448 de 2011 y a demás se vulnera la Constitución Política de Colombia que protege a las víctimas de la violencia. En este caso campesinos del municipio de San Luis, específicamente del corregimiento El Prodigio, Los Tambores que pertenece al Municipio de Puerto Nare y las comunidades del corregimiento de Samaná del norte y puerto garza que pertenecen a San Carlos, lugares donde el 100 por ciento de los habitantes fueron desplazados entre el 2001 y el 2006. Las víctimas están regresando con el respaldo del Estado y con la construcción de la represa se verán desplazadas de nuevo una vez se instale la infraestructura necesaria para la construcción de este proyecto.
2- Los estudios ambientales realizados para la aprobación de la licencia son imprecisos, no coinciden con la evidencia de campo y los testimonios de los campesinos del sector. Falta rigurosidad por parte de la empresa encargada de los estudios, Integral S.A. Se ignora la existencia de especies animales y vegetales, endémicas y en vía de extinción, que necesitan de este ecosistema para su supervivencia. Especies de pescado migratorio, que se vería diezmado por que se les impide el paso al lugar de su reproducción.
3- Habitantes de los corregimientos El Prodigio y Tambores, temen un doble daño ambiental irreparable, pues el cemento para la construcción de la represa se extraería de la cadena de mármol, única en el mundo por su biodiversidad. La realización de este proyecto hidro-eléctrico facilitaría la creación de nuevas plantas de cemento de la empresa Argos S.A. en esta importante cadena de mármol.
4- Se omitió evidencia arqueológica prehispánica, pues los estudios realizados por la empresa Integral S.A fueron realizados específicamente en lugares con baja probabilidad de encontrar vestigios indígenas. Campesinos locales tienen evidencias irrefutables de algunos yacimientos prehispánicos en la zona de influencia directa de la represa. El ICHAN realizó un estudio completo en el corregimiento El Prodigio, identificando varios petroglifos y pinturas prehispánicas de carácter excepcional. Sin embargo, en los estudios realizados para la aprobación de la licencia no intervinieron esta que es la zona de influencia directa del proyecto.
Con estos defectos en el proceso de aprobación de esta licencia solicitamos la cancelación de la misma.
1- El proyecto vulnera la Ley 1448 de 2011 y a demás se vulnera la Constitución Política de Colombia que protege a las víctimas de la violencia. En este caso campesinos del municipio de San Luis, específicamente del corregimiento El Prodigio, Los Tambores que pertenece al Municipio de Puerto Nare y las comunidades del corregimiento de Samaná del norte y puerto garza que pertenecen a San Carlos, lugares donde el 100 por ciento de los habitantes fueron desplazados entre el 2001 y el 2006. Las víctimas están regresando con el respaldo del Estado y con la construcción de la represa se verán desplazadas de nuevo una vez se instale la infraestructura necesaria para la construcción de este proyecto.
2- Los estudios ambientales realizados para la aprobación de la licencia son imprecisos, no coinciden con la evidencia de campo y los testimonios de los campesinos del sector. Falta rigurosidad por parte de la empresa encargada de los estudios, Integral S.A. Se ignora la existencia de especies animales y vegetales, endémicas y en vía de extinción, que necesitan de este ecosistema para su supervivencia. Especies de pescado migratorio, que se vería diezmado por que se les impide el paso al lugar de su reproducción.
3- Habitantes de los corregimientos El Prodigio y Tambores, temen un doble daño ambiental irreparable, pues el cemento para la construcción de la represa se extraería de la cadena de mármol, única en el mundo por su biodiversidad. La realización de este proyecto hidro-eléctrico facilitaría la creación de nuevas plantas de cemento de la empresa Argos S.A. en esta importante cadena de mármol.
4- Se omitió evidencia arqueológica prehispánica, pues los estudios realizados por la empresa Integral S.A fueron realizados específicamente en lugares con baja probabilidad de encontrar vestigios indígenas. Campesinos locales tienen evidencias irrefutables de algunos yacimientos prehispánicos en la zona de influencia directa de la represa. El ICHAN realizó un estudio completo en el corregimiento El Prodigio, identificando varios petroglifos y pinturas prehispánicas de carácter excepcional. Sin embargo, en los estudios realizados para la aprobación de la licencia no intervinieron esta que es la zona de influencia directa del proyecto.
Con estos defectos en el proceso de aprobación de esta licencia solicitamos la cancelación de la misma.
¿Por qué es importante?
El Río Samaná fluye por el lado oriente del departamento de Antioquía. Estas aguas maravillosas se pueden observar por la autopista Medellín - Bogotá aproximadamente a 20 kilómetros del cañón de Río Claro. Antioquia es famosa por sus ríos, lluvia abundante y naturaleza excepcional, pero en realidad sólo queda un río limpio y libre en la región, el Samaná. La mayor parte de las aguas están contaminadas por industrias y pueblos.
Además, la producción de hidro-electricidad ya ha impactado la gran mayoría de los ríos Antioquenos. En la cuenca del Río Samaná, no queda ni un río pequeño, ni un río grande libre, todos fueron intervenidos, represados: el Guatape, el Nare, el San Carlos, el Cocorná, el Caldera y el Santo Domingo.
A nivel nacional, la situación es grave. La mayor parte de la energía producida en Colombia proviene de hidro-electricidad. Hace 3 años, el 70 % de la energía fue generada con la fuerza del agua. Hoy, con la construcción de los proyectos Hidrosogamoso en Santander, el Quimbo y la Cadena en el Magdalena alto e Hidroituango, en Antioquia, Colombia generaría más de 100 % de su necesidad en electricidad. Lo que nos lleva a pensar ¿a dónde va esta energía? No es para sus casas, ni para alumbrar las ciudades, es para exportar a países como Ecuador o en un futuro próximo a Panamá (con la creación de una línea bajo del mar para interconectar a Colombia con América central - proyecto de exportación hacia América central, Mesoamérica- ).
También, con el crecimiento fuerte de la industria del petróleo y la minería, (las cuales consumen altos niveles de electricidad y generan un fuerte impacto en el medio ambiente), la necesidad de aumentar la producción es más fuerte.
Lo que sucede es que esta explotación de los recursos naturales está siendo realizada por empresas privadas, en su mayoría con capitales extranjeros. Es decir, explotan a Colombia, sin generar algo positivo para el país y sus habitantes. La razón es que predomina una política gubernamental laxa y en favor de la empresa privada.
El desarrollo económico y la explotación de los recursos naturales son inevitables, sin embargo hay casos en los que deben ser preservados y protegidos. El Río Samaná Norte en específico, evidentemente está a punto de generar más impacto negativo que beneficios. El proyecto hidroeléctrico Porvenir 2, no solamente afecta el bienestar de los colombianos, también pone en riesgo la preservación de la biodiversidad y el patrimonio arqueológico mundial; argumentos por los que esta licencia para la realización de este proyecto debe ser cancelada.
Además, la producción de hidro-electricidad ya ha impactado la gran mayoría de los ríos Antioquenos. En la cuenca del Río Samaná, no queda ni un río pequeño, ni un río grande libre, todos fueron intervenidos, represados: el Guatape, el Nare, el San Carlos, el Cocorná, el Caldera y el Santo Domingo.
A nivel nacional, la situación es grave. La mayor parte de la energía producida en Colombia proviene de hidro-electricidad. Hace 3 años, el 70 % de la energía fue generada con la fuerza del agua. Hoy, con la construcción de los proyectos Hidrosogamoso en Santander, el Quimbo y la Cadena en el Magdalena alto e Hidroituango, en Antioquia, Colombia generaría más de 100 % de su necesidad en electricidad. Lo que nos lleva a pensar ¿a dónde va esta energía? No es para sus casas, ni para alumbrar las ciudades, es para exportar a países como Ecuador o en un futuro próximo a Panamá (con la creación de una línea bajo del mar para interconectar a Colombia con América central - proyecto de exportación hacia América central, Mesoamérica- ).
También, con el crecimiento fuerte de la industria del petróleo y la minería, (las cuales consumen altos niveles de electricidad y generan un fuerte impacto en el medio ambiente), la necesidad de aumentar la producción es más fuerte.
Lo que sucede es que esta explotación de los recursos naturales está siendo realizada por empresas privadas, en su mayoría con capitales extranjeros. Es decir, explotan a Colombia, sin generar algo positivo para el país y sus habitantes. La razón es que predomina una política gubernamental laxa y en favor de la empresa privada.
El desarrollo económico y la explotación de los recursos naturales son inevitables, sin embargo hay casos en los que deben ser preservados y protegidos. El Río Samaná Norte en específico, evidentemente está a punto de generar más impacto negativo que beneficios. El proyecto hidroeléctrico Porvenir 2, no solamente afecta el bienestar de los colombianos, también pone en riesgo la preservación de la biodiversidad y el patrimonio arqueológico mundial; argumentos por los que esta licencia para la realización de este proyecto debe ser cancelada.